El problema de la izquierda española con la economía no es que sean una panda de inútiles… que lo son. Tampoco que sean un grupo de chorizos… que lo son también. El problema es un problema de base.
Y aunque de Economía no tenga ni
refitolera idea (de economía, con minúsculas, tampoco), fue la indocta egabrense
la que sintetizó la raíz de todos los males izquierdosos con la gobernanza de
las finanzas del Estado, cuando dijo aquello de que el dinero público no es
de nadie.
Con semejante concepción, no es
de extrañar que hagan y deshagan (más lo segundo que lo primero, claro está) a
su antojo: como no es de nadie, nadie va a protestar; como no es de nadie, se
puede hacer lo que se quiera; como no es de nadie, nada tendrá consecuencias
para nadie.
Solo que el dinero público no es
de nadie: es de todos. Y cuando se emplea mal, todos somos los perjudicados. Y si
cuando la economía se hunde un seis por ciento el gasto sube un doce, es a
todos a los que nos están llevando a la ruina.
Pero como ellos tienen la vida solucionada… ¿qué mas les da?
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