La voluntad liberticida del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer no parece tener límites. Su desfachatez a la hora de manifestarla, tampoco.
Una nueva muestra la tuvimos hace
cosa de un mes, cuando Begoño y la Yoli (es decir, Begoño Bis)
amadrinaron el lanzamiento de una confederación empresarial que le haga
la competencia a las ya existentes, la COPYME y la CEOE.
¿Y qué credenciales tenían (y
tienen) ambas interfectas para presentarse en el acto? La comunista todavía
tiene un título académico, y un cierto ejercicio profesional, por más que sea
seguidora de una ideología criminal y su ejecutoria al frente de su Departamento
ninisterial sea peor que mala, aun descontando la cuota de
responsabilidad de la pandemia.
¿Pero Begoño? Su única
cualificación es ser la esposa de un psicópata sin escrúpulos (vale, esto es
casi un pleonasmo), porque del modo de ganarse la vida de su progenitor, mejor
no hablamos…
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