Lo peor de la ley de desmemoria histérica (algún día haré una entrada como Dios manda sobre el tema, de verdad) no es que sea sectaria, que lo es. Tampoco que sea inconstitucional -que lo es, aunque alguna persona que yo me sé diga que no porque el Tribunal Constitucional no la ha declarado como tal-, al discriminar por razón de la ideología e ir contra la libertad de opinión y de expresión.
Con ser malo, es que es una norma
hecha por majaderos y aplicada por estúpidos. No sólo porque tildan de franquista
todo aquello que les parece, aunque sea anterior en siglos, no ya a la Guerra Civil,
sino incluso al nacimiento de Franco. También porque los neocom en
Madrid insisten en poner una calle a Mercedes Fórmica -una feminista en tiempos
del franquismo, dice Wikipedia- mientras que en Cádiz la retiraron por falangista.
Nuevo ejemplo de que un progre es alguien capaz de sostener simultáneamente una cosa y la contraria...
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