Podría despachar todas las
noticias referidas al tema de una tacada -esto es, en sólo una entrada-, pero
eso que quitaría materia para días posteriores. Además, es mucho más divertido
ir comentando las cosas paso a paso, para ver cómo los protagonistas van
quedando en evidencia.
Puesto que no hay grandes
noticias -o yo no las percibo- sobre el aspecto sanitario de la pandemia, dediquémonos
al judicial. Que, dada la negligencia criminal y homicida del desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, era sólo cuestión de
tiempo que aflorara: sólo eran necesarios magistrados dignos de tal nombre.
Y han tenido que ser los del
Constitucional -que, aunque tribunal, no forma parte del poder judicial, como
tampoco el de Cuentas, con el que también se las tiene tiesas el consejo de ninistros-
los que empiecen a poner coto a los desmanes del ejecutivo (al que, vistos los
resultados, casi habría que llamar ejecutor).
Y como los socialistas españoles
en general, y en particular el psicópata que los comanda actualmente, odian
aquello que escapa a su control, han arremetido contra los magistrados díscolos,
entre los que se encuentran, como ya he mencionado en otras entradas, de todas
las ideologías (ya es grave, no que los magistrados tengan ideología -puesto
que al fin y al cabo son seres humanos-, sino que podamos colegirla sin
necesidad de que abran la boca, mirando sólo qué partido les propuso y a qué
asociación profesional pertenecen).
En este arremetimiento ha
jugado un papel clave Cándido Conde Pumpido, el que fuera fiscal general del gobierno
sin reparos para mancharse la toga con el polvo del camino, que ha emitido un voto particular en el que declara que la sentencia es más propia de un lego
o de un jurista de salón que del máximo intérprete de la Constitución. Como
todo en este asunto, la cosa trajo cola.
Por ello, y por mucho más…
¡¡¡EL GOBIERNO ES
RESPONSABLE!!!