La entrada principal (sigo considerando como tal a la que se publica a medianoche; iba a decir la que no está encuadrada en ninguna serie, pero las de las reflexiones atemporales se publican precisamente a esa hora) de hoy hace referencia al fanatismo.
Fanáticos son también los
secesionistas catalanes, que no toleran el pensamiento distinto, y menos entre
los nacidos en la región. Así, los hermanos Márquez, motociclistas de pro, osaron
apoyar a la selección española (no sé por qué, cuando escribo rápido me sale españoña)
de fútbol en la pasada Eurocopa.
¿El resultado? Que la jauría separatista les llamó de todo menos bonitos: ñordos, traidores, vendidos, payasos, rastreros o fachas.
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