Que en el seno del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer se produzcan roces y fricciones -cuando no directamente puñaladas traperas- entre las dos patas del gabinete resulta natural y hasta lógico, ya que se trata de dos formaciones que están, en la práctica, luchando por el mismo espacio político.
Incluso que las fricciones se
produzcan en el seno de la pata morada resultaría lógico. Los neocom
no son un partido, sino una ensalada de siglas, una macedonia de corrientes, un
popurrí de ambiciones; y, desaparecido el líder único, se han
desenvainado los cuchillos entre las aspirantes a machas alfa (Juanita
Petarda, la Yoli y la calientacamas… de una cama, a lo que
dicen las malas lenguas, parcialmente desocupada), porque el inane
representante de los paleocom parece conformarse con cobrar la
(suculenta) nómina de ninistro a fin de mes.
Entre los de la mano y el
capullo, en cambio, no me esperaba luchas intestinas. No porque históricamente
no las hubiera -no están tan lejanas, al menos en mi memoria, las batallas
entre guerristas y renovadores (a los que, para ser justos,
habría que haber denominado antiguerristas, ya que lo único que
pretendían era ser visires en lugar del visir)-, sino porque el psicópata de la
Moncloa ha forjado un bloque monolítico a su único y exclusivo servicio.
Lo cual me sirve para enlazar con
el -por fin- tema de esta entrada. Porque, como dijo ante las cámaras de
televisión, en su visión del mundo, la Fiscalía General del Estado vendría a
ser, en su egocéntrica concepción del poder, la fiscalía particular del
gobierno (es decir, de su persona). Y si resulta que la que fuera ninistra de
Injusticia -que, como notaria mayor del Reino, dejó bastante que desear- ataca en un informe interno la nueva (ya sabemos que cuando de socialistas se trata, nuevo
equivale, por lo general, a peor) Ley de Enjuiciamiento Criminal,
elaborada por su sucesor en el puesto (y tercera autoridad consorte del Estado),
puede ser por una de dos razones: o le ha dado un ataque de dignidad
profesional -cosa posible aunque improbable, tratándose de la churri del
juez prevaricador y adalid de la información-vaginal-éxito-asegurado-… o
ha recibido órdenes. El escrito realiza una valoración general desfavorable del proyecto, y eso que el objetivo principal de la nueva norma es atribuir la investigación de las causas a los fiscales.
El único consuelo es que quien fomenta la disensión a su alrededor está segando la hierba bajo sus pies…
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