El desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer ha hecho muchas cosas mal antes y durante la pandemia de la Covid-19.
Una de ella, acaso la más grave
por ser causa de casi todos los males asociados, ha sido no admitir nunca la
verdadera gravedad del virus. De ocultar lo que se nos venía encima -dando
además mensajes de despreocupación- a lanzar las campanas al vuelo antes de
tiempo, pasando por una absoluta dejación de funciones o el ocultamiento de las
cifras reales de fallecidos, el hecho es que muchos españoles no son
conscientes del verdadero peligro.
Y en esa franja de la población
se encuentran muchos jóvenes, a los que en cuanto se ha dado rienda suelta se
han lanzado a festejar como si no hubiera mañana y, sobre todo, como si no
hubiera habido ayer. O, por citar el titular, a tener unas agendas muy intensas. ¿La consecuencia? Dos mil quinientos jóvenes afectados en un solo
brote en Mallorca.
Por ello, y por mucho más…
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