Ya lo puso alegóricamente de manifiesto George Orwell en la repetidamente citada -por mí en este blog, al menos- Rebelión en la granja (qué manera de destripar el tema del libro, frente al mucho más aséptico Animal farm original): para los comunistas, democracia es lo que ellos deciden; y, más específicamente, lo que los que mandan decidan.
Por eso -dejando aparte la
posibilidad de mal perder- no me extrañó nada la noticia de que Juanita
Petarda y la dirección neocom habían sido acusados de cacicada por
sus rivales en Vistalegre IV; o que, empleando una metáfora de lo más señoritil,
acusaran a la nueva líder esa de ser una patrona que mantiene el cortijo
existente hasta entonces.
Una líder que, con la excusa de
hacer un Potemos más feminista (se ve que hasta ahora no lo era
lo bastante… vaya por Marx), ha nombrado a la presunta nueva favorita
del Chepas como secretaria de organización, esto es, número tres (¿númera
tresa?) de la formación. Una organizadora que muestra una desgana nada disimulada al corear consignas que ya eran viejas cuando su padre era un
proyecto en la mente de sus abuelos paternos.
Probablemente es que no se las crea ni ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario